Nos hicieron creer que después de cierta edad ya tendríamos que tener "todo resuelto". Que cambiar de carrera a los 30 es arriesgado, que empezar un hobby a los 40 es tarde, que emprender después de los 50 es imposible.

Pero la verdad es que nunca es tarde para ser nueva en algo. Para probar, fallar, aprender y volver a intentar. Para cambiar de rumbo sin pedir permiso.

Los primeros pasos siempre dan miedo, pero pensalo así: ¿Preferís ser principiante hoy o nunca animarte? La vergüenza dura un rato, pero la satisfacción de intentarlo se queda con vos para siempre.

No importa si se trata de un idioma, un deporte, una carrera o un negocio. La vida no tiene un manual con tiempos estipulados. Sos dueña de escribir tu historia a cualquier edad.

 

Así que si hay algo que querés empezar, empezalo. No esperes a sentirte lista. Porque lista se siente después de haber empezado.